El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emprendió este viernes por la mañana un viaje hacia Anchorage, Alaska, donde mantendrá un encuentro directo con su par ruso, Vladimir Putin, con el objetivo de explorar posibles caminos hacia una tregua en el conflicto en Ucrania. Trump estará acompañado por miembros clave de su gabinete en esta importante cita diplomática.
“¡¡¡Mucho en juego!!!”, escribió el mandatario en su red Truth Social poco antes de partir desde Washington, dejando claro el peso que le otorga a este encuentro, el primero entre líderes de ambas potencias desde que estalló la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022.
Entre los altos cargos que integran la delegación estadounidense se encuentran el secretario de Estado, Marco Rubio; el titular del Tesoro, Scott Bessent; el secretario de Comercio, Howard Lutnick; el director de la CIA, John Ratcliffe; y la jefa de Gabinete, Susie Wiles. También forman parte del equipo la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, y Steve Witkoff, enviado especial de Trump encargado de llevar las conversaciones previas con Moscú.
A bordo del Air Force One, Trump declaró a periodistas que su intención no es representar a Ucrania en la mesa de negociaciones. “No estoy aquí para hablar en nombre de ellos. Estoy aquí para lograr que ambas partes se sienten a dialogar”, afirmó, reiterando su intención de promover una vía diplomática.
El presidente expresó su deseo de convocar un segundo encuentro próximamente, esta vez incluyendo al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, siempre que las conversaciones con Putin resulten productivas.
Consultado sobre una eventual garantía de seguridad para Kyiv como parte de un posible acuerdo de paz, Trump respondió con un evasivo “quizás”, y sugirió que cualquier respaldo sería conjunto con aliados europeos, pero no bajo el marco de la OTAN.
“Creo que puede salir algo positivo de esta reunión. Noté que Putin está trayendo a varios empresarios rusos, y eso me parece bien. Quieren volver a hacer negocios. Pero no avanzaremos en esa dirección hasta que se resuelva lo más urgente”, añadió Trump, dejando entrever que nuevas sanciones económicas están sobre la mesa si no se logra un compromiso real hacia la paz.
El encuentro entre ambos líderes tendrá lugar esta tarde en la base militar de Elmendorf-Richardson, en Anchorage, un punto estratégico en el Ártico que alguna vez perteneció a Rusia antes de ser vendido a Estados Unidos en 1867.
A pesar del peso simbólico y geopolítico de la cita, Trump ha moderado las expectativas y reconoció recientemente que alcanzar un alto al fuego en Ucrania es más complicado de lo que estimó inicialmente. En campaña, había prometido resolver el conflicto en 24 horas tras asumir el cargo en enero.
Ahora, su objetivo inmediato es lograr un cese de hostilidades que siente las bases para una futura negociación de paz en la que también participe el gobierno ucraniano.