Un nuevo estudio publicado este jueves revela que aproximadamente 1.2 millones de trabajadores migrantes han dejado de formar parte de la fuerza laboral estadounidense desde enero de 2025, una pérdida que expertos atribuyen directamente a las políticas migratorias del presidente Donald Trump.
El informe titulado “Alertas tempranas sobre los efectos económicos de las deportaciones”, elaborado por la firma Economic Insights and Research Consulting, destaca que el mayor golpe se ha registrado en el sector agrícola, donde el empleo cayó un 6.5% entre marzo y julio de este año, lo que revierte la tendencia de crecimiento sostenido observada en los últimos dos años.
Según datos del Buró de Estadísticas Laborales de EE.UU., el número de trabajadores agrícolas pasó de 2.371 millones en marzo a solo 2.216 millones en julio, una caída de 155 mil empleos en apenas cuatro meses.
El informe detalla que las redadas migratorias, dirigidas especialmente a trabajadores del campo y empleados de granjas, han tenido consecuencias directas en los precios de productos básicos. Las verduras frescas han registrado un aumento anual superior al 8%, mientras que la carne ha subido alrededor de un 7%.
Otro sector duramente afectado es el de la construcción, donde los permisos para nuevos proyectos cayeron un 17% en la región noreste, y también se registraron retrocesos en otras zonas del país que dependen fuertemente de mano de obra migrante. La pérdida de empleos se hizo evidente en estados como Texas, Florida y California, los cuales concentran altos niveles de trabajadores extranjeros, según el análisis.
El turismo y los servicios de ocio tampoco escaparon al impacto: en los estados con alta población migrante, el crecimiento en ese sector fue de apenas 0.2%, una señal de alerta para restaurantes, hoteles y negocios relacionados.
Durante una conferencia de prensa, Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de America’s Voice, criticó duramente la estrategia del gobierno. “Las deportaciones masivas impulsadas por Trump están desestabilizando nuestra economía y elevando los costos de vida, especialmente en alimentos y vivienda. Es el desenlace que muchos economistas ya habían advertido”, declaró.
Cárdenas fue más allá al calificar la política migratoria actual como “una forma de sabotaje económico” que castiga a las familias trabajadoras y a comunidades enteras.
Por su parte, Chris Gibbs, presidente de Rural Voice USA y Rural Voices Network, sostuvo que la crisis en el agro representa una oportunidad para exigir una reforma migratoria. “Los agricultores y propietarios de tierras deben presionar a la Casa Blanca para que actúe. El deterioro del campo es insostenible”, advirtió.